La Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) llevó a cabo la presentación oficial de la actualización de la Estrategia Nacional de Cambio Climático (ENCC), publicada en el Diario Oficial de la Federación el 30 de septiembre de 2024. Este instrumento rector establece las directrices de política pública en materia climática para los tres órdenes de gobierno, con una visión de mediano y largo plazo que contempla horizontes de 10, 20 y 40 años.
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La titular de la Semarnat, Alicia Bárcena Ibarra, destacó la urgencia de fortalecer la acción gubernamental frente al cambio climático. En este contexto, y como parte de su intervención, afirmó que la estrategia no solo representa un instrumento técnico, sino que permitirá al Estado mexicano consolidar una Contribución Determinada a Nivel Nacional (NDC 3.0), con metas claras, realistas y verificables tanto en materia de mitigación como de adaptación.
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Semarnat: cooperación internacional
La ENCC fue financiada con el respaldo técnico del Gobierno de Dinamarca, a través de la Agencia Danesa de Energía. En consecuencia, la secretaría del Semarnat expresó su reconocimiento a la cooperación internacional y, además, subrayó el compromiso de la actual administración federal con una transición energética justa, la descarbonización de la economía y la promoción de inversiones sostenibles.
Durante el evento, el secretario ejecutivo de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC), Simon Stiell, sostuvo que la estrategia mexicana constituye una hoja de ruta clave para la resiliencia institucional, el desarrollo económico y la estabilidad social.
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“Un plan climático integral no debe limitarse exclusivamente a la reducción de emisiones responsables del incremento de la temperatura global. Por lo tanto, en este sentido, mientras más robustas y efectivas sean las políticas climáticas adoptadas por el país, mayores serán los beneficios económicos y de desarrollo que podrán generarse en favor de toda la población”, afirmó Simon Stiell.
El panel de discusión posterior reunió a representantes de dependencias federales, organismos internacionales y sociedad civil, quienes coincidieron en la importancia de construir una gobernanza climática robusta. En ese sentido, se hizo hincapié en el papel articulador del Estado como elemento clave para garantizar la participación efectiva de todos los sectores y, a su vez, avanzar hacia una política climática transversal, incluyente y con visión de Estado.
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