En las elecciones en Veracruz Morena fue en alianza con el Partido Verde en algunos municipios, en otros por separado; el PT fue solo, al inconformarse en el reparto de las candidaturas de la coalición. Esta fragmentación llevó a que la alianza Morena-Verde obtuviera 60, Morena 11, Verde 13, y el PT 28; es decir, que si hubiera habido coalición, se habrían llevado un total de 112 municipios, 25 más que en los anteriores comicios en que sí fueron unidos. El mayor éxito morenista fue arrebatarle al PAN el Puerto de Veracruz; la mayor pérdida, el bastión petrolero de Poza Rica, donde ganó Movimiento Ciudadano (MC).
El triunfador de las elecciones veracruzanas fue el partido naranja, pues pasó de gobernar 18 municipios a 41, colocándose como segunda fuerza. La sorpresa fue el PT, del que no se esperaba que su separación de sus aliados fuera a costar tanto. Al tercer lugar cayó el PAN, con 34 municipios, logró retener por poco Boca del Río, pero perdió la capital. PRI obtuvo 23 municipios, destacando Orizaba. La curiosidad: un candidato independiente ganó el municipio de Zaragoza.
En cuanto a Durango, la coalición Unidad y Grandeza del PAN-PRI ganó 20 municipios, mismo número que actualmente gobiernan, reteniendo la capital y Lerdo. Morena-Verde-PT pasaron de 18 a 16, pero ganaron Gómez Palacio, la segunda ciudad en importancia del estado. Visto de manera muy optimista, Movimiento Ciudadano también tuvo un crecimiento exponencial, al pasar de uno a tres municipios.
En conclusión, no se podría hablar de un retroceso o un fracaso de Morena en general, porque hubo dos escenarios diferentes: en Veracruz, habrá que ver quién rinda cuentas por no haber armado la coalición con los tres partidos y de haber peluseado a los del Partido del Trabajo, lo que provocó que se dividiera resultados que en conjunto hubieran sido aceptables. En Durango hubo un estancamiento, fruto probablemente de que no pudieron de las suyas como hubieran querido en un estado gobernado por la oposición y donde el PRI todavía tiene con qué operar.
Preocupante sigue siendo ver la caída del PAN y PRI, que salvo retener lo que pudieron en Durango, no tienen con qué festejar en Veracruz, con todo y la fragmentación de la coalición gobernante, un escenario que supo aprovechar mejor MC. Ya veremos en las elecciones de 2026 y 2027 cómo se pintan los congresos duranguense y veracruzano respectivamente.
El reto en la infraestructura carretera
El gobierno federal dio a conocer los avances en infraestructura carretera, particularmente para obras de continuidad, ejes prioritarios, puentes y distribuidores viales, programa General Lázaro Cárdenas del Río, programa carretero de Guerrero, caminos artesanales y conservación de carreteras.
El Secretario de Infraestructura, Comunicaciones y Transportes, Jesús Antonio Esteva Medina, dio a conocer que se tiene una estimación de 53 mil millones 312 millones de pesos en inversión pública para 2025 y de 372 mil 804 millones para toda la administración.
Con dichos montos se trabajará en 109 kilómetros de obras de continuidad, dos mil 220 kilómetros de ejes prioritarios y 16 kilómetros en puentes y distribuidores, así como 904 kilómetros del Programa Lázaro Cárdenas, mil 880 millones para la reconstrucción de 68 puentes del Programa Carretero de Guerrero, dos mil 107 kilómetros de caminos artesanales, además de poco más de 48 mil kilómetros de conservación rutinaria y cerca de 10 mil kilómetros de conservación periódica.
Pero más allá de los números que ayer se presentaron, resulta interesante el apunte que hace unos días, refería Mauricio Jessurun Solomou, presidente del Colegio de Ingenieros Civiles de México, quien habló de la necesidad de que la inversión en la infraestructura carretera prevea el ciclo completo, que incluye el diseño, la planeación, la supervisión y la conservación.
Sin duda, los cerca de 58 mil kilómetros de conservación rutinaria y periódica que se tienen previstos resultarán un factor clave para el éxito del plan carretero, ya que en voz de los expertos, considerar solamente el arranque y la construcción, implica un alto riesgo para la totalidad de la obra, por lo que resulta fundamental una inversión integral. El tiempo nos dirá si la estimación contemplada fue suficiente.
Periodo extraordinario: el turno del Congreso
Tras las elecciones en el poder judicial, el Congreso de la Unión se apresta a convocar a un periodo extraordinario de sesiones, impulsado por la propia presidenta Claudia Sheinbaum, mismo que muy bien podría dar inicio el próximo lunes.
Aunque aún no hay consenso entre todas las fuerzas políticas, es claro el rezago en materia legislativa por lo que tanto diputados como senadores del oficialismo están urgidos, si no de ponerse al día, por lo menos avanzar en las normas en las que ha puesto mayor énfasis la jefa del ejecutivo.
El coordinador de Morena en la Cámara de diputados y presidente de la Junta de Coordinación Política (JUCOPO), Ricardo Monreal, adelantó que se trabaja en una agenda que, entre otros puntos, buscaría la aprobación de la Ley General del Sistema Nacional de Seguridad Pública y la Ley del Sistema Nacional de Investigación e Inteligencia de Seguridad Pública. A estas se sumarían cuatro leyes que reglamentan la reforma en materia judicial; una ley en materia de Guardia Nacional; dos leyes referentes al Código de Procedimientos Penales y, finalmente, una ley en materia de desapariciones.
Por su parte el Senado tiene pendientes la discusión y aprobación de la Ley General en Materia de Desaparición Forzada de Personas; la Ley Federal de Competencia Económica; la Ley en materia de Telecomunicaciones y Radiodifusión; la Ley Nacional para Eliminar Trámites Burocráticos y la Ley del Servicio Ferroviario.
Muchos temas polémicos por lo que se espera un debate complejo y álgido, no sólo entre las diferentes corrientes políticas, sino entre el propio partido oficial y sus aliados, el Partido del Trabajo y el Verde Ecologista.
Particular atención merece la Ley en materia de la Guardia Nacional ya que propone cambios que aumentan el control civil sobre funciones tradicionalmente militares, lo cual ha generado resistencias por parte de las Fuerzas Armadas.
Ya con un Poder Judicial a modo, el oficialismo encara el reto de consolidar su movimiento transformador sin barreras que lo limiten. Todo el poder, pero también toda la responsabilidad para sacar adelante a un país que hoy por hoy se encuentra viviendo al límite.
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