Hace unos días dábamos cuenta del llamado del ingeniero Carlos Slim a la iniciativa privada para invertir en México. Dos días después se llevó a cabo en Palacio Nacional una reunión entre la presidenta Claudia Sheinbaum y un grupo de empresarios, entre ellos el dueño de Grupo Carso, lo que claramente deja ver que el magnate lleva mano en el tema.
En el encuentro, los doce empresarios asistentes, entre ellos Francisco Cervantes, presidente del Consejo Coordinador Empresarial (CCE); Guadalupe de la Vega, de Grupo de la Vega; Daniel Servitje, de Grupo Bimbo; José Antonio Chedraui, director de Grupo Comercial Chedraui; Salvador Daniel Kabbaz, director de Fibra Danhos y Juan Pablo del Valle, se mostraron optimistas y comprometidos con la situación económica del país, además de que hablaron sobre mecanismos para acelerar la consolidación del Plan México.
La reunión, en la que también estuvieron presentes la coordinadora del Consejo Asesor de Desarrollo Económico Regional y Relocalización, Altagracia Gómez; el secretario de Economía, Marcelo Ebrard; el secretario de Hacienda, Édgar Amador; y la secretaria de Gobernación, Rosa Icela Rodríguez; deja de manifiesto el interés de las partes por incentivar las inversiones que lleven a la reactivación de la economía nacional y el fortalecimiento de la cadena productiva.
Además, pone en claro que, pese a quienes buscan contrapuntear al sector empresarial con el gobierno federal, el encuentro representa un llamado a cerrar filas en beneficio de México, con inversiones que amplíen el margen de acción que actualmente se tiene, es decir, que se integre a un mayor número de actores productivos, sobre todo pequeñas y medianas empresas.
Ya lo decíamos. Cuando Carlos Slim hacía el llamado a la inversión privada, sabía de qué hablaba. Está claro que los encuentros con la presidenta de México llevan semanas de planeación y espacio en agenda, no son reuniones que se den improvisadamente, lo que reafirma que el también dueño de Telmex, como ya es costumbre, marca de nueva cuenta el timing empresarial.
VISA, CIBanco y los becarios de posgrado
La noche del último domingo de julio, la procesadora de pagos electrónicos VISA desconectó su plataforma para todas las transacciones internacionales de tarjetas emitidas por CIBanco. Lo anterior a raíz de las órdenes emitidas por el Departamento del Tesoro contra dicho banco, además de Intercam y Vector Casa de Bolsa, señaladas de lavado de dinero para el narcotráfico. Cabe señalar que VISA adoptó la medida sin aviso y un día antes de que entraran en vigor las órdenes, tomando desprevenidos al banco y a sus clientes.
Probablemente el universo de tarjetahabientes de CIBanco no es numeroso y menos los que la ocupen en el extranjero. Pero resulta que, de acuerdo a nota de El Universal, entre los perjudicados están los becarios de posgrado en el extranjero de la Secretaría de Ciencia, Humanidades, Tecnología e Innovación (SECIHTI), antes Conacyth, quienes no pueden retirar su dinero, y la única opción que tienen para cobrar su beca es ir a las sucursales de CIBanco… que sólo están en México.
Se trata de alrededor de mil 800 becarios de posgrado en todo el mundo, la mayoría en Estados Unidos y Europa. CIBanco había sido la institución bancaria para depositar las becas desde hace 11 años. Las cuentas eran prácticas porque les permitía retirar el dinero en cualquier moneda, sin cobro de tipo de cambio, sólo que no permitía transferencias ni ninguna otra operación, sólo el retiro de efectivo vía tarjeta.
CIBanco reconoce que el dinero está en las cuentas, pero no hay forma de retirarlo en el extranjero; la Secretaría de Ciencia y anexas hizo el depósito correspondiente a julio antes de la medida de VISA, y ahora está viendo solucionar, primero, cómo hacer llegar la beca de julio ya depositada -recuperar el dinero de CIBanco y hacerlo llegar por otra vía, sin incurrir en un doble pago-, y, segundo, normalizar los depósitos subsecuentes.
El tiempo apremia. Ojalá la SECIHTI y CIBanco, seguramente con la colaboración de las autoridades reguladoras, resuelvan por lo menos antes de que termine el mes.
Gaza: el infierno del que nadie quiere escuchar
Tras la francachela por los festejos del 249 aniversario de la independencia de Estados Unidos, Donald Trump habrá de retomar este lunes una tregua de dos meses que daba por sentada en la Franja de Gaza y a la que Israel ha hecho oídos sordos.
La propuesta del magnate exigía que Hamas entregara a los diez rehenes vivos que mantiene en su poder, así como los restos mortales de otros 15 secuestrados, mientras que Israel habría aceptado los términos de un cese el fuego por 60 días. Ninguna de las dos cosas ha ocurrido.
El primer ministro judío, Benjamín Netanyahu, insiste en que Hamas desaparezca del planeta, una exigencia tan inverosímil como la que en su momento ha hecho el grupo extremista al negar la existencia del Estado de Israel. La presión, sin embargo, va en ascenso dentro del gabinete de Netanyahu luego de una ausencia más que prolongada de los cautivos y la queja de que no se está haciendo lo suficiente para traerlos de regreso.
Mientras se lo piensan y, frente a la indiferencia de una comunidad internacional cada vez más insensible, continúa la masacre de civiles en la Franja de Gaza. La Organización de las Naciones Unidas reclama una investigación por la muerte de 600 palestinos registrados desde mayo pasado en los puntos de reparto de comida. Algo que cada vez se parece más a un genocidio en donde el acceso a los alimentos y el agua se ha convertido en un campo de batalla más. Los testimonios de los trabajadores humanitarios resultan más que elocuentes, familias enteras se han convertido en blancos de guerra en la que no se hace distinción entre objetivos militares y una población civil que literalmente se está muriendo de hambre.
Hoy en la Franja de Gaza no queda piedra sobre piedra y como parte de la “normalización” se somete a un castigo constante a una población que ya vivía doblegada bajo el yugo del grupo extremista Hamas y que ahora paga por partida doble la tragedia de haber nacido en el lugar equivocado en el peor momento.
Trump, quizá la única persona en el mundo con el poder real para cambiar la situación, mantiene una posición claramente pro israelí al tiempo que dice querer poner fin al conflicto. Mientras que sus declaraciones públicas hablan de una “paz duradera”, sus acciones demuestran lo contrario, respaldando incondicionalmente las acciones bélicas de Israel, bloqueando las resoluciones de la ONU y reduciendo los fondos a agencias de ayuda a los palestinos.
Bajo este telón de fondo, hablar de un cese el fuego suena más a una táctica dilatoria que a una solución Lo cierto es que una tregua tan efímera en nada ayudará a resolver el problema, aunque si dará un respiro a la angustiada población civil en Gaza. La esperada reunión de hoy entre Trump y Netanyahu no vaticina cambios sustanciales en un marco en el que ambos líderes comparten una visión en donde la seguridad de Israel se impone por encima del derecho internacional y la tragedia humanitaria.
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