El pasado 3 de junio, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, habría firmado el decreto para duplicar los aranceles al acero y aluminio hasta un 50%, entrando en vigor el 4 de junio para todos los países. Tras esta medida, el secretario de economía, Marcelo Ebrard, se reunió este viernes con el representante de comercio, Jamieson Greer, embajador de EU, para dialogar sobre esta medida.
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Inicia negociaciones por aranceles de acero y aluminio
El secretario de Economía, a través de su cuenta de X (anteriormente Twitter), compartió una foto junto al embajador de Estados Unidos, en donde dialogaron sobre la imposición de aranceles al acero y aluminio: “Cordial conversación con el embajador Jamieson Greer, representante comercial de los Estados Unidos.
Por su parte, con el objetivo de lograr que México logre exentar los aranceles del 50% al acero y aluminio, el funcionario Ebrard afirmó: “Avanzamos”. Recordemos que actualmente, los aranceles a las importaciones de acero y aluminio, solamente Reino Unido mantiene un arancel del 25%, hasta posibles cambios a partir del 9 de julio.
Asimismo, recordemos que el funcionario habría calificado a los aranceles impuestos como “injustos, insostenibles e inconvenientes”, que interpuso Estados Unidos. Además de referir, “Pediremos el día viernes que sea México excluido de esta medida, al igual que lo fue el Reino Unido; es lo que vamos a plantear”, dijo en redes sociales.
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Reacciones tras la duplicación arancelaria
La presidenta de México, Claudia Sheinbaum Pardo, calificó a las medidas de Trump como “injustas”, debido a que México importa más de lo que exporta en acero y aluminio. Agregó: “No creemos que tenga sustento, es insostenible porque, así como en autos, en la construcción de un auto hay muchas autopartes que pasan de un lado a otro de la frontera, en el caso del acero también”, dijo.
Por último, la Cámara Nacional de la Industria del Hierro y del Acero (CANACERO) rechazó los aranceles de Estados Unidos, siendo una decisión “injustificada”. Además, el 50% de aranceles afecta principalmente a sus socios comerciales y a la cadena de valor en la región. “El acero mexicano no representa una amenaza para el mercado estadounidense; al contrario, somos complementarios y nuestro país está completamente abierto a las exportaciones de EE. UU.”, expresaron.
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