La huida de Trump

Este lunes, Donald Trump cumplió con ser el personaje principal de la Cumbre del G7, no por estridencia, sino por ausencia. No hizo falta algún desplante o acto de soberbia en algún encuentro bilateral ni bravuconada de por medio. De manera intempestiva, Trump abandonó Kananaskis, dejando al G7 con sólo seis, argumentando atender la escalada del conflicto entre Israel e Irán, no sin antes urgir en su red social a evacuar Teherán de inmediato.

La realidad es que Trump no se siente seguro fuera de sus dominios, menos en un ambiente de trato de iguales, por mucho que sean las economías más desarrolladas y de países, hasta hace unos meses, considerados aliados de Estados Unidos, aunque ahora más bien toleran a la superpotencia.

Había varios temas que Trump prefería no discutir de manera multilateral: la guerra de aranceles en la que los otros seis más los invitados están afectados en mayor o menor proporción, cada uno con sus singularidades; la invasión a Ucrania, donde es evidente la inclinación de Trump a favor de Putin y Rusia, así como de dejarle el pleito a los europeos. Con sólo esos dos temas, lo de menos para él era lo que hubiera tratado con Claudia Sheinbaum.

La retirada de Trump del encuentro en Canadá encontró el pretexto perfecto en la enésima crisis del Medio Oriente, librándolo de un escenario incómodo, dejando a Ucrania de lado, sin escuchar reclamos ni sugerencias, al tiempo que deja la sensación de una Cumbre fracasada al no contar con un integrante imprescindible. Ahora, si sucede algo muy grave entre Israel o Irán, se justificará la huida; si se contiene o no pasa ninguna catástrofe, el neoyorquino se atribuirá haberlo impedido. Trump siempre gana.

Eric Trump: 16 segundos de arrogancia y el insulto a México

Indignantes resultaron las declaraciones hechas por Eric, miembro de la dinastía Trump, a la cadena de televisión Fox, en donde al referirse al conflicto entre Irán e Israel elaboró una muy desafortunada comparación entre lo que está ocurriendo en esa zona y una hipotética confrontación entre México y Estados Unidos.

Que el hijo del mandatario más influyente del planeta se haya atrevido a señalar que, de ocurrir lo inimaginable nuestro país sería decapitado en cuatro segundos, habla de una mentalidad arrogante y una visión que menosprecia la soberanía y dignidad de México, un enfoque que no es muy distinto al que ha mostrado su padre.

Al vicepresidente ejecutivo de la Organización Trump le bastaron 16 segundos para reactivar viejos estereotipos que desvirtúan y simplifican la realidad de nuestro país, ignorando su diversidad, así como su importancia a nivel global. México no sólo es un vecino estratégico de Estados Unidos, sino un socio vital en términos comerciales y de seguridad. Desestimar esta complejidad no solo es irracional sino perjudicial para la relación bilateral.

La ligereza de “alguien” que por su posición accede a un espacio mediático conservador desde donde, conscientemente o no, tiene la capacidad de moldear percepciones y alimentar discursos de odio y xenofobia, es más que peligroso en un entorno en donde ya de por sí la comunidad mexicana enfrenta múltiples desafíos para prevalecer.

Paralelamente, refleja la visión supremacista de un amplio sector de la población estadounidense que no visibiliza una relación entre iguales, y encuentran a México como un país que tendría “per se” que estar subordinado a la agenda Trump a través de un vínculo jerárquico de poder más que mediante una relación de respeto mutuo.

Una nota para estar alerta, nada nuevo si se quiere, pero que deja al descubierto el verdadero rostro de la clase gobernante en los Estados Unidos de América.

Los Chapitos y la Mayiza: una guerra sin fin

Mientras los ataques entre Israel e Irán ponen en vilo al mundo entero, en Sinaloa, la guerra entre los “Chapitos” y la “Mayiza” cada día es más sangrienta, por lo que la violencia lejos de disminuir cada día aumenta de nivel, sin que alguna autoridad federal, estatal o local haga valer la Ley.

Apenas el domingo en la madrugada, se registró una emboscada en la colonia Tierra blanca, en la zona oriente de Culiacán, que dejó como saldo tres muertos y pánico entre los habitantes de esa colonia que, desesperados, solicitaron, sin éxito, auxilio al número de emergencias 911, mientras los tiroteos se registraban como si se tratara de escena de guerra en Medio Oriente, sin que nadie hiciera algo por detenerlos.

De manera por demás cruenta, la balacera fue documentada en video por los propios agresores, quienes se presume pertenecían a la “Mayiza” y atacaron a bordo de tres vehículos con blindaje artesanal a una camioneta con características similares, donde viajaban supuestos integrantes de los “Chapitos”, quienes fueron perseguidos hasta ser finalmente acribillados.

Para los que han visto el video que circula en redes sociales y pudieran pensar que se trata de una secuela de la película “El Infierno”, protagonizada por Damián Alcázar y Joaquín Cosío, no es así. Hablamos de una realidad de pesadilla en esa entidad, que hace mucho tiempo superó a la ficción.

Lo más sarcástico del asunto es que, pese a que las fuerzas del orden, ya sea locales, estatales o federales, no acudieron de inmediato al llamado de emergencia y arribaron mucho después de ocurridos los hechos, el Grupo de Coordinación Interinstitucional Sinaloa presumió ante los medios de comunicación el aseguramiento del arsenal.

Así como se lee, pese a no hacer nada, las autoridades expusieron en su cuenta de X, que además de la camioneta baleada, aseguraron un fusil Barret calibre .50, dos lanzagranadas, tres fusiles AK-47, dos fusiles M-4, tres armas cortas, cargadores y cartuchos, así como un inhibidor portátil de sistemas no tripulados que tiene la capacidad de interferir el control, la navegación y la transmisión de video de múltiples drones, con un alcance de señal de varios kilómetros.

Y remataron su “valerosa” acción al señalar que “El Gobierno Federal y el Gobierno del Estado reafirman su compromiso de salvaguardar la integridad de la sociedad sinaloense al inhibir la circulación de armas de fuego”, cuando en realidad fue derivado de la sangrienta batalla que libraron grupos rivales que el arsenal fue localizado y no porque policías o soldados se las hayan arrebatado. 

Irónicamente, el enfrentamiento se registró apenas unas horas después de que Omar García Harfuch, titular de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana, viajó a Sinaloa con el General Ricardo Trevilla Trejo, titular de la Secretaría de la Defensa Nacional, para señalar que se reforzaría la seguridad en el estado.

Lo que sí es un hecho es que, pese a que Iván Archivaldo y Jesús Alfredo Guzmán Salazar, los “Chapitos” que faltan por ser detenidos están prófugos, la batalla entre las dos fracciones del Cártel de Sinaloa no vislumbra una tregua cercana, ni por mutuo propio, ni mucho menos porque las autoridades pongan fin a esa guerra.

Seguridad laboral: el nuevo termómetro del compromiso organizacional

La seguridad en el trabajo era entendida como una serie de normas técnicas destinadas a prevenir accidentes físicos, pero el entorno laboral ha cambiado, y con él, también los riesgos. Hoy, los desafíos más recurrentes para los trabajadores en México tienen un origen silencioso: el estrés, el burnout, la ansiedad, el acoso, la desconexión emocional. Riesgos psicosociales que, de acuerdo con el estudio “Seguridad y Salud Laboral: Más que normas, una cultura”, de OCC, la bolsa de trabajo digital líder en México, afectan a casi 4 de cada 10 colaboradores en el país.

El estudio escuchó a más de 2,500 empleados y 200 reclutadores para confirmar que hablar de salud y seguridad laboral ya no puede limitarse al uso de casco o a simulacros esporádicos. El bienestar emocional, la flexibilidad, las cargas de trabajo razonables y el respeto al equilibrio vida-trabajo son tan determinantes como cualquier protocolo de emergencia; de hecho, 6 de cada 10 trabajadores reconoce que estos factores han influido directamente en su decisión de quedarse o abandonar un empleo.

Además, aunque 93% de los trabajadores ha escuchado sobre las Normas Oficiales Mexicanas (NOM), solo el 27% sabe aplicarlas en su día a día. Mientras que, 4 de cada 10 nunca han recibido capacitación en este tema, aunque les gustaría tenerla.

Desde la perspectiva empresarial, aún hay barreras estructurales que dificultan avanzar en la construcción de entornos más saludables: 37% de los reclutadores identifica una falta de interés por parte de los empleados; 34% señala que es una prioridad baja en la agenda directiva; 28% menciona la falta de presupuesto y 24% apunta a la capacitación insuficiente. Sin embargo, también hay señales de avance: seis de cada 10 reclutadores coinciden en que priorizar la salud y seguridad influye directamente en la atracción de talento y muchas empresas han comenzado a implementar acciones como entrega de equipo de protección, protocolos ante emergencias y capacitación regular.

Este cambio de enfoque no es menor. En un momento en el que retener talento y aumentar la productividad son prioridades críticas, las empresas tienen una oportunidad (y responsabilidad) clave: construir entornos saludables no sólo por cumplimiento normativo, sino como eje de su cultura corporativa. Y no basta con buenas intenciones, se necesita compromiso desde la alta dirección, inversión sostenida y una visión integral que ponga al colaborador al centro.

Cuidar la salud de los equipos no debe verse como un gasto opcional, sino como una inversión estratégica, porque donde no hay bienestar, no puede haber productividad sostenible. Y donde no hay cultura de seguridad, tarde o temprano habrá rotación, ausentismo o crisis. Las organizaciones que comprendan esta lógica no solo atraerán más talento: lograrán mantenerlo comprometido.

Síguenos en Google Noticias para mantenerte informado

Publicaciones relacionadas

Panorama Internacional: Análisis geopolítico y de mercados

Infonavit: ¿invada, nosotros regularizamos?

G-7, Trump y Sheinbaum