En un mundo donde la incertidumbre económica define el panorama global, los ejecutivos tiene la responsabilidad de basar sus decisiones en indicadores que revelen el pulso de los mercados. Comprender estas métricas es fundamental para poder anticipar tendencias y ajustar estrategias.
Por ese motivo, este artículo analiza siete indicadores económicos que todo ejecutivo debe conocer. Desde el crecimiento económico hasta la estabilidad laboral, estos parámetros permiten a los tomadores de decisiones navegar en un entorno que es cada vez más complejo y fortalecer su capacidad para responder a los retos del futuro.
PIB
Según plataformas como Exness Insights, el Producto Interno Bruto (PIB) representa el valor total de los bienes y servicios producidos durante un periodo específico (lo más habitual es medirlo en términos anuales), por lo que constituye una referencia crucial para evaluar la situación económica de un país o incluso el planeta.
De acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI), el PIB mundial crecerá un 3,3 % en 2025, aunque en México las proyecciones indican un aumento del 1,4 % en 2025 y del 2 % en 2026.
¿Qué significa PIB para los ejecutivos, entonces? Este indicador posibilita estimar el impacto del crecimiento económico en la demanda de productos. Plataformas como Exness ofrecen recursos para entender cómo el crecimiento o decrecimiento del PIB repercute en la política y la economía, en particular respecto de la inversión en los mercados financieros.
Inflación
La inflación mide el incremento de los precios de bienes y servicios y afecta tanto al poder adquisitivo como a las decisiones empresariales. El FMI estima que la inflación global será del 4,2 % en 2025, sin embargo, la volatilidad del peso mexicano y los costos energéticos podrían mantenerla por encima de ese nivel en el país.
La inflación erosiona el valor del dinero e influye en la confianza de los inversionistas. En un contexto donde los bancos centrales ajustan sus políticas para contenerla, las empresas deben anticipar cómo estos movimientos afectarán sus finanzas, lo que implica prever alzas en los costos operativos y recalibrar precios para proteger los márgenes de ganancia.
Tasa de desempleo
La tasa de desempleo es el porcentaje de la fuerza laboral disponible para trabajar y que no tiene ocupación, en consecuencia sirve como barómetro de la estabilidad social y económica. Un informe de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) registró que la tasa de desempleo esperada para 2024 en la región era de 6,1 %, cuando en 2023 había sido de 6,2 %.
Si este número es bajo puede incrementar la presión sobre los salarios, incrementando los costos operativos de las empresas. Un nivel elevado, por el contrario, puede reducir el gasto de los hogares y como resultado afectar las ventas.
Comprender qué implica este indicador permite a los ejecutivos planificar desde la contratación hasta las proyecciones de ingresos. Entre los factores a considerar se encuentran:
- Demanda laboral sectorial. En México, industrias como la automotriz suelen beneficiarse del nearshoring, la práctica de externalizar procesos, sobre todo a empresas de países que comparten frontera (en este caso, por parte de Estados Unidos).
- Efectos en el consumo. Una tasa de empleo estable fomenta el gasto, mientras que la incertidumbre lo contrae.
- Políticas públicas. Los incentivos fiscales a las empresas pueden moldear las tasas de empleo a nivel local.
Balanza comercial
La balanza comercial mide la diferencia entre las exportaciones y las importaciones de un país, por lo cual es un indicador de su competitividad externa. En México, el nearshoring ha fortalecido las exportaciones, especialmente en sectores como la manufactura y la automoción.
No obstante, las tensiones comerciales globales (como las posibles políticas proteccionistas de socios comerciales importantes) podrían desequilibrar este indicador en 2025, tanto en México como en otros países.
Un superávit comercial indica una posición consolidada, al tiempo que un déficit prolongado tiende a presionar el tipo de cambio y a encarecer las importaciones, por lo tanto repercute en las cadenas de suministro.
Para los ejecutivos, analizar la balanza comercial permite anticipar variaciones en los costos de insumos y/o en la demanda de productos exportados, entonces es útil para ajustar estrategias de producción y logística.
Inversión Extranjera Directa
La Inversión Extranjera Directa (IED) refleja los flujos de capital extranjero invertidos en proyectos de largo plazo. En México, la IED se debe en buena medida al nearshoring, que registró un aumento del 1,1 % interanual al cierre de 2024. Aun así, es muy importante mencionar que ese incremento es inferior al de la inflación mexicana y estadounidense.
Para los ejecutivos, la IED es relevante no solo porque aporta capital, sino también porque aporta tecnología y genera empleo. Monitorear este indicador posibilita la identificación de oportunidades pensando en alianzas estratégicas o expansiones, además de que posibilita anticipar riesgos derivados de una posible reducción en los flujos de inversión.
Deuda pública
La deuda pública, expresada como porcentaje del PIB, pondera la sostenibilidad fiscal de un país. En México, alcanzó el 51,7 % a fines de 2024, crecimiento que podría resultar en políticas fiscales más restrictivas durante 2025 y afectar al entorno empresarial.
Para los ejecutivos, entender las implicancias del aumento de la deuda pública es esencial en cuanto a la prevención de riesgos y a la planificación de estrategias financieras. Algunas áreas donde repercute significativamente son:
- Presión fiscal. Un incremento en la deuda puede traducirse en mayores impuestos corporativos.
- Acceso al crédito. Un incremento en la deuda puede elevar los costos de financiamiento.
- Inversión pública. Los recortes en el gasto gubernamental pueden limitar proyectos de infraestructura y repercutir en sectores pertinentes.
Confianza del consumidor
El Índice de Confianza del Consumidor, que en México calcula el INEGI, mide el optimismo de las personas respecto de la economía. Este indicador muestra volatilidad cuando hay inestabilidad política, inflación alta y/o aumento del desempleo.
Para los ejecutivos es una instrumento que facilita el trabajo de ajustar inventarios, diseñar promociones y reorientar estrategias de marketing, dado que una confianza elevada fomenta el consumo y una caída por lo general lleva a medidas para estimular la demanda.
Conclusión
Los siete indicadores económicos analizados son centrales para cualquier ejecutivo. Cada uno ofrece una perspectiva única sobre el estado de la economía y las tendencias de los mercados.
En un entorno de incertidumbre como el que se proyecta para 2025, comprender estos datos proporciona más claridad, permite tomar decisiones a partir de una mayor cantidad de información y facilita los procesos de adaptación a los cambios. Son, en definitiva, herramientas de liderazgo estratégico para enfrentar con éxito los desafíos del futuro.