Cada mujer es única, con conocimientos y habilidades particulares que destacan su talento; sin embargo, muchas de ellas tienen ciertas actitudes y pensamientos que, sin darse cuenta, pueden limitar su crecimiento y éxito en el ámbito laboral.
En este contexto, muchas profesionistas tienden a autosabotear su propio desarrollo al minimizar sus logros y capacidades, atribuyéndolos a la suerte o a factores externos, lo que puede llevarlas a no postularse para ciertos puestos, participar en promociones de ascenso laborales o proyectos importantes.
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Dudar de tus capacidades
Esa falta de confianza en sí mismas puede impedirles aprovechar oportunidades clave para avanzar en su carreras.
Además, la sensación persistente de no merecer los logros alcanzados, acompañado de dudas sobre las propias capacidades y el temor a ser descubiertas como un fraude, son aspectos que forman parte del síndrome de la impostora, un fenómeno psicológico que se caracteriza porque las mujeres se sienten inseguras o que no son lo suficientemente competentes.
Miedo al fracaso
Este sentimiento puede generar una profunda ansiedad, autocrítica y miedo al fracaso, afectando tanto su bienestar personal como el rendimiento profesional, lo que también puede obstaculizar que asuman nuevos retos laborales.
Según datos de KPMG México, alrededor del 33% de las mujeres en posiciones directivas reconocen que la falta de autoestima y autoconfianza frenan su desarrollo profesional.
Asimismo, el 75% de las mujeres en cargos de la alta dirección ha experimentado el síndrome de la impostora en algún momento de su carrera.
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Impacto en la autoconfianza
El síndrome de la impostora actúa como un freno psicológico que afecta la autoconfianza y la toma de decisiones de las líderes, limitando su participación en posiciones de liderazgo y por consiguiente, impacta en que no se pueda alcanzar la paridad de género en esos roles.
Adicionalmente, este síndrome se combina con barreras estructurales como estereotipos, sesgos inconscientes y ambientes laborales dominados por hombres, lo que refuerza aún más las dudas que las líderes tienen sobre sus capacidades.
Actitudes y hábitos negativos
De acuerdo con Nora Taboada, especialista en liderazgo y desarrollo personal y profesional, existen actitudes y hábitos que las mujeres pueden no reconocer, pero que sabotean su crecimiento profesional.
1. Subestimar habilidades y logros
Entre estas actitudes están subestimar sus habilidades y minimizar sus logros restándoles importancia a los éxitos alcanzados, atribuyéndolos a factores externos como al trabajo en equipo, lo que puede llevar a que sus méritos no sean reconocidos, y por lo tanto no se les ofrezcan oportunidades de crecimiento dentro de las organizaciones.
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2. Perfeccionismo
Otro aspecto importante es buscar la perfección en todo momento, lo cual puede convertirse en un obstáculo. El perfeccionismo puede generar retrasos, estrés innecesario y la incapacidad de delegar tareas, afectando la productividad y la percepción de liderazgo.
La especialista comparte que muchas mujeres se sienten presionadas por hacer las cosas de manera perfecta, y su miedo a equivocarse las hace evitar asumir nuevos desafíos, impidiéndoles crecer profesionalmente.
3. Exceso de responsabilidades
Establecer límites claros es esencial para mantener un equilibrio saludable y un desempeño óptimo. No poner límites o decir ‘no’ de manera asertiva, puede llevar a las mujeres a aceptar demasiadas responsabilidades por miedo a decepcionar o perder oportunidades laborales, esto puede llevarlas al agotamiento y a la disminución de la calidad del trabajo.
Mujeres empoderadas y seguras de sí mismas
4. No contar con redes de apoyo
Taboada destaca que la falta de apoyo entre mujeres también puede sabotear sus carreras, ya que al existir una competencia insana, entre ellas se ponen obstáculos para que no puedan ascender a posiciones de toma de decisión.
Por ello, crear redes de apoyo y mentoría puede ser de gran ayuda para superar los obstáculos y alcanzar las metas que se han planteado.
5. Miedo a negociar mejores condiciones salariales
El miedo a negociar salarios, mejores condiciones laborales o promociones, para no ser percibidas como conflictivas o agresivas, puede resultar en una menor remuneración económica y estancamiento para las profesionales. Aprender a negociar con confianza es vital para el reconocimiento y la valorización del trabajo.
De igual manera, intentar resolver todos los problemas de manera independiente puede ser contraproducente. Buscar apoyo, consejo y mentoría permite aprender de experiencias ajenas y acelerar el desarrollo profesional.
Estrategias para no sabotear tu desarrollo profesional
- Fortalecer la confianza y el acompañamiento profesional son claves para que las líderes puedan desarrollar plenamente su potencial y avanzar en sus carreras.
- Crear un entorno laboral donde las mujeres se sientan valoradas y seguras para expresar sus ideas y logros ayuda a mitigar los sentimientos de insuficiencia.
- Reconocer y celebrar los éxitos de manera justa y transparente es fundamental para fortalecer la autoestima.
- Brindar acceso a capacitaciones, talleres y oportunidades de crecimiento permite que las mujeres adquieran competencias y seguridad en sus roles, disminuyendo las dudas sobre sus capacidades.
- Establecer redes de apoyo con mentoras o líderes experimentadas facilita la orientación, el intercambio de experiencias y el acompañamiento para superar inseguridades propias del síndrome de la impostora.
- Incentivar que las mujeres compartan sus sentimientos y desafíos contribuye a normalizar el síndrome de la impostora, reducir el estigma y generar empatía dentro de la organización.
- Fomentar prácticas de bienestar personal y manejo del estrés es clave para mantener el equilibrio emocional y resiliencia frente a las dudas internas.